jueves, 4 de diciembre de 2008

Donostia, un paso de gigante!

Con cuantas dudas fuí a País Vasco, pues tras 4 meses de durísima preparación, eran muchas las incógnitas que me planteaba, ya que además de la clásica incertidumbre pre-maraton, tenía que añadir una serie de cambios en mis entrenamientos, empezando por número de días, pues he reducido en la cantidad de entrenos y también la forma de entrenarme. Todo ello bajo mi pequeña experiencia maratoniana, haciendo lo que yo creía que tenía que hacer, sin mas consejero que los 5 maratones a mis espaldas. Así que imagínense, sin tener ni idea de si todo lo trabajado, que era mucho, sería un acierto o un rotundo fracaso, emprendí viaje al norte, con muchísima ilusión pero con un miedo terrible.



(mi equipaje)


(aeropuerto de Madrid, con mucha ilusión)





(el País Vasco, bien nevadíto)

Los días previos a la carrera, los pasamos bajo los cuidados de Naiara y la Txiska, anfitriones de lujo, aunque eso si, ¿una sopa es el mejor plato para el día antes de un maratón?. Yo, por si las moscas, me comí el perolo entero, creo que de una sentada comí mas sopa de fideos que en toda mi vida. De verdad que nos hicieron pasar unos días estupendos y con el descanso del guerrero como bandera. Muchas gracias!.



(viernes por la noche, el Kursaal)



(foto imprescindible, la barandilla de la Concha)





(sábado, paseo por Francia)



(y por Navarra, "tierra de sopas")


Los dos días anteriores a la carrera hizo un tiempo bueno, 9º pero "agradable". Pero claro, esto es el norte y todo puede cambiar. El hombre del tiempo ya nos fue poniendo en situación para la carrera, frío, mucho frío , algo de lluvia, y lo peor, viento, muchísimo viento, vamos , un temporal que te cagas!. Y se cumplieron los peores pronósticos, a no, no llegó a granizar, si es que me quejo por vicio!.

Pues vamos al lío...

Sobre las 6:45 de la mañana me pongo en pie, y comienzan los rituales del maratoníano, y el primero es todo un clásico, desayuno silencioso, da igual lo que desayunes, la clave es que sea silencioso, pues siempre eres el único que se atreve a poner los pies fuera de la cama un domingo a esas horas de la mañana.

Una vez todos en pie, lo cual tengo mucho que agradecer, ya que nuestros anfitriones se dieron el madrugón y con buen ánimo salieron sonrientes a la calle, dispuestos a pasar un frío enorme y a esas horas de la mañana, o mejor dicho, de la noche. Y no nombro a la pobre Aruquitas, pues ella, la mas sufridora y maratoníana como yo, es la que hace que siga corriendo e ilusionándome mas y mas, ya que ella tampoco sabe muy bien como ha terminado enamorada de este mundo de locos. Así que pese a su sueño profundo, yo se que los motivos que le hacen salir de la cama son los mismos que los mios, la ilusión, aunque claro, ella propone carreras por la tarde que se duerme mas y se disfruta lo mismo!.

Llegamos al estadio de Anoeta, y ya el ambiente es puro de carrera. Cada uno poniendo en practica sus manías y yo por supuesto la mía, "bañarme" en vaselina.






(concentración ...)



(...y preparación)



El tiempo era de algo de viento y frío, unos 8ºC. Hago un ligerísmo calentamiento y algo de estiramientos, pero lo justo, como siempre. Despedida rápida a mis seguidores que ya solo quedan unos minutos. Besin a Aruquitas y me meto al calor humano de 3.300 corredores. Me sitúo cerca de la liebre de las 3 horas.

Pum! pistoletazo de salida. Me quito una camiseta vieja que lanzo ya como un experto maratoníano y me quedo con mi camiseta de tiras, mis pantaloncillos, unos guantes finos y la gorra como únicas prendas de abrigo para la carrera. Los primeros pasos hasta llegar al arco de salida parecemos pingüinos, como siempre.

Y ya si, ya estoy en la salida una vez mas, 7 meses después de Madrid y tras muchos kilómetros en solitario sufriendo y requetesufriendo , dispuesto a retar una vez mas a la mítica distancia, 42 kilómetros y 195 metros me esperan. Pico el reloj y a correr...




(vídeo de la salida)


Los primeros kilómetros se convirtieron en una carrera de obstáculos, pues entre aceras, bolardos, conos, señales, motos,... teníamos mas que suficiente, eso sin contar los empujones, codazos y pisotones de los compañeros de fatígas. A mas de uno vi rodar por el asfalto.

Muy pronto, en el km 2,5 veo a mis seguidores y oigo por primera un grito que oiría muchas veces en este maratón, y que ya es todo un clásico en mis carreras, "vamos amor!" gritado por Aruquitas al que se uniría unos "vas muy bien!" de la Txiska y unos "vamos Borja!" de Naiara.

Sobre ese kilómetro se empieza a despejar el panorama, y veo que estoy bien situado tras la "liebre" de las 3 horas. Pero cual es mi sorpresa, pues veo que a los pocos metros la "liebre" es sustituido por un tío en bicicleta, que tras unos segundos , pega un apretón impresionante y se aleja. Tenían que ver la cara de los de mi alrededor y la mía ante esa circunstancia. Así que el numeroso grupo de las 3 horas se ha alargado y casi roto en dos. Veo que la distancia, kilómetro a kilómetro, con respecto al grupo de la liebre es mas o menos constante y que el grupo que me acompaña son expertos maratoníanos , así que no hay mas problemas. Decido no moverme, este grupo sería el mio.



(los otros 3 maratoníanos, yo corriendo y ellos comiendo, así da gusto!)


En este grupo fui muy cómodo y corría muy distraido sin preocuparme del crono en ningún momento. Vi a mis seguidores unas cuantas veces y practicamente no hay mucho que reseñar durante los primeros 20 kilómetros, la primera vuelta al circuito.


(bueno, algo si que hay que reseñar, ojo al "individuo")

En ese momento oí un grito nuevo de ánimo de una voz conocida, mire a mi izquierda y vi a mi tía Isabel, saludando. Poco después se uniría a ella mi tío Imanol, con un nuevo grito para el repertorio, "vamos Tiburón de Tafíra!"

Pasamos la media muy bien, cerca de 1h 29´, y sin problemas. El grupo se había reducido muchísimo. El viento empezó querer participar de forma mas rotunda de lo que había soplado durante la primera vuelta. Sopló y sopló, y buuuuuffffff que si sopló. Se convirtió en un elemento muy incomodo al que tener que vencer. La temperatura también bajó, ahora corríamos sobre los 6ºC.

Cerca del kilómetro 25-26 noto un pinchazo en el gemelo izquierdo, me temí lo peor (aún hoy sigo con el dolor, una contractura). Ese dolor me afecto tanto en mi forma de correr como en la cabeza, hizo que mi zancada no fuera tan buena y mi cabeza se desconcentrara. Encima empezaba a mearme, una vez mas!

Sabía que en el kilómetro 30 vería por última vez a Naira, la Txiska y a la sufrida Aruquitas, así que apreté los dientes y aguante el dolor , pero sobre todo la meada.

Pasé el 30, me despedí, pues para mi fué esta mas una despedída que un saludo de alegría, ya que sabía que me quedaba lo peor, tanto del circuito como de mi cuerpo.


(km 30, camino del "infierno")


Y así fue, pocos metros después decidí colocarme al final del grupo, y si, volví a mearme encima. Fué un alivio total, buufffff es una sensación desagradable y gratificante a la vez. Y claro, los problemas nunca vienen solos. Cuando estoy en plena meada, pues fue larga, y claro, con el ritmo un pelin mas flojo, giramos para encarar la Concha dirección Ondarreta, se mete un viento brutal. Esta una de las pocas zonas que el terreno pica hacia arriba, muy poco pero algo pica, y encima un avituallamiento con sus respectivas montoneras.

Todo esto y mas el dolor de gemelo y que las fuerzas andan justillas, hacen que poco a poco me vaya quedando aislado y veo que no soy capaz de dar caza al grupo, sobre todo por el viento que hace un pequeño efecto abaníco. Alguno mas también sufre lo mismo que yo, y van quedando fuera del grupo, cada uno intenta no perder comba como puede. Y yo la perdí, no pude, se me fueron, entonces mi ritmo pegó un bajo muy brusco, mis piernas no corrían como antes, pero sobre todo mi cabeza no quería correr.

Eran los kilómetros mas duros del recorrido para mi, no tanto por el desnivel ya que en ese aspecto es practicamente inexistente, sino por la zona donde pasaba la carrera, un polígono de oficinas con calles anchas y sin nadie pegando un grito de ánimo. El viento continuaba con la misma intensidad. Yo me propuse poner un ritmo aceptable, pero veía que al final mi tiempo no sería muy bueno. Me desanimaba a cada paso. Fueron momentos muy duros, muchos me adelantaron y no era capaz de seguirlos. Una vez mas me encontraba muy solo y en el peor momento. Volví a mearme, no se como podía tener ganas, pero lo hice otra vez. Mis tiempos estaban cerca de los 5´00, pero a mi me parecía que corría mucho peor. Este bajón duró 5 o 6 kilómetros, los 5 minutos de mas de las 3 horas, una pena.


Pero poco a poco, tras la subida del túnel de Ondarreta, empecé a pensar que ya estaba, que tenía que darlo todo como fuese. Y si, poco a poco mis piernas empezaron a correr. Empecé a poder seguir a los que antes me adelantaban, e incluso poco a poco a adelantarlos.

Fue entonces cuando alguien del público me ofreció agua, y me doy cuenta justo cuando la cojo que es mi tío Imanol con Isabel a su lado, dando el último grito. Fue el último empujón que necesitaba para ponerme a correr en serio. Fue pasarlos y olvidarme de todo, el dolor del gemelo, los 38 kilómetros pasados, mi falta de fuerzas,el viento... Empecé otra vez a rodar a ritmo fuerte y cada vez mas y mas rápido.
Fueron casi los kilómetros mas bonitos, la gente estaba otra vez a los lados de las calles gritando, y a mi me dió un subidón total. Adelantaba a todos sin piedad, la misma que ellos con Kala kilómetros antes, ninguna. Me oían llegar y giraban sus cabezas. El público me gritaba, o eso creía yo. Yo corría y corría, las piernas no daban mas. No se ni a cuanta gente pude adelantar, a mucha, muchísma, y ya veía, que si aguantaba, mi tiempo ahora si que sería buenísimo. Yo calculé en ese momento 3 h 06´. Pasé junto al estadio, como un tiro, ya era mucho mas fácil correr con la meta tan cerca, corría como un loco.




(vídeo del paso junto al estadio, km 41)


Y pa´dentro, al estadio. Es una sensación muy emocionante entrar en el estadio. La emoción hizo que aún pegara otro cambio de ritmo, corría como un cohete. Yo calculé unos 15 o mas corredores adelantados en los primeros 150 metros de la pista, mas uno en la recta final. Fue un sprint brutal, me encantó la sensación de correr así, terminando a tope, y ya sabiendo que mi tiempo sería buenísimo. Levanté los brazos con rabia. y se terminó: 3horas 5 minutos 45 segundos!




(vídeo del sprint final, la llegada!)



Un tiempazo. Busco a Aruquitas entre el público, se que esta vez estará radiante. Y les veo a los tres ,Aruquitas, Naira y la Txiska, pero sobre todo les oigo dar gritos de alegría, están contentos pues saben que es un tiempo bueno, buenísimo. Entonces las emociones se vuelven a poner al limite, han pasado muchos meses de sufrimientos y ya está, se terminó. Has corrido durante muchos kilómetros muy cerca de tu sueño. Estas muy cansado. A los pocos metros ya las piernas no pueden casi casi ni moverse, esas mismas piernas que hace escasos segundos te hacían volar y correr por debajo de 4´00 ahora no dan un paso mas. Te duele todo. Estas muy contento por el tiempo y muy rabioso por no lograr el sueño por culpa de 5 o 6 kilómetros malos. Se mezcla todo en tu cabeza y claro, los ojos se empequeñecen y empiezan a humedecerse. Una vez mas el maratón me hace pasar por un mundo lleno de sensaciones. Alegría y tristeza, fortaleza y cansancio. Sensaciones contradictorias que hacen que quieras mas y mas este mundo de locos, pues es todo tan inexplicable, tanto como el motivo que nos hace correr hasta la extenuación, no un día, sino meses!





(mi momento)


Todo se ha terminado.Tras el encuentro con los tres desafiantes al frío, con besos incluidos, se terminó otro maratón, mi mejor maratón. Caminando junto a ellos, es mas la desilusión que la ilusión. En ese momento solo soy capaz de pensar que se me escapó, que he fallado. Cerca pero lejos. Tristeza era mi sentimiento.


(un final feliz, por una vez!)

Pero tranquilos, poco a poco me gusta mas y mas mi nueva marca, 3 horas 5 minutos 45 segundos, cada día estoy mas y mas orgulloso, 3 horas 5 minutos 45 segundos!. En solo unos 8 meses he bajado otros 8 minutos. Y lo mejor, por primera vez desde que empecé a correr en persecución de las menos de 3horas, por primera vez, lo veo posible. Ahora si creo muy claramente que lo voy a conseguir, no se si en el próximo o al otro, o al otro , pero estoy seguro que las 2 horas 59 minutos 59 segundos, son mios, es un sueño que algún día será realidad , bueno, mio y de Aruquitas!

Muchas gracias a todos los que alguna vez se acuerdan de mi, gracias.

Gracias a mis tíos Donostiarras, por sus ánimos y sobre todo por ese último empujón tan necesario.

Gracias a mi tío Lagunetas, el maratoníano que sigue guiando mis pasos.

Gracias a mis padres y hermanos por interesarse por la pesadez de mis carreras, incluso ya el "Cuervo de Cuenca" ha corrido su primer 10.000, picado por el gusanillo de su hermano pequeño. Espero que el resto de hermanos también se animen algún día a dar unas carreras por el asfalto.

Gracias a los Platanitos, que poco a poco van comprendiendo mis sueños y sacrificios, y es mas, ellos también se han animado a participar en carrerillas, y quien sabe si algún día compartiremos un maratón! El Flaco incluso me acompañó en mi último entreno pre-maratón, a él que no le gusta correr, casi me gana! Gracias a todos y a seguir corriendo!.

Gracias a los Probes, no corren nada, pero me acuerdo mucho de ellos!.

Gracias a mis seguidores del blog, cada vez somos menos, pero nos lo pasamos bien y a mi me sirve para no sentirme tan solo en mis entrenamientos diarios. Gracias a todos los que alguna vez dejan un comentario pero sobre todo al Mamut Asturiano y la Vaguilla Voladora, fieles y animosos, cada uno a su manera, que hacen que este blog siga existiendo y hagan que tras un duro entrenamiento pueda sonreir o reir leyendo sus diparatados comentarios.

Muchas Gracias a los anfitriones, nos cuidaron mucho, nos llenaron de pimientos, comimos una de las mejores tortillas de papas, y a mi no me faltó de nada, Y encima, gritaron como el que mas en la carrera, madrugando con ilusión para ver a un loco flaquillo venido de africa. Un beso grande y gracias!

Y como no, gracias a mis tres niñas, a la mayor por soportar todo lo que soporta, y mas aún por emocionarse, por sufrir, por gritar, pero sobre todo por animarme a que consiga mi sueño, nuestro sueño. Ya queda menos Matraquilla. ¿a donde vamos la próxima vez?. Un beso y te quiero.

Y las dos pequeñas, la Kalamitillas incansables, que cada día dan mas vueltas corriendo a la mesa de la cocina, que cada día les gusta mas correr, que cada día me acompañan en mis estiramientos y que incluso algún día han venido a correr a mi lugar de entrenamientos, y buuuufff, cualquiera les sigue el ritmo. Prometen ser unas grandes atletas. Un beso grande y las quiero mucho, y no se preocupen que a Madrid vamos todos juntos otra vez!

(otras dos maratoníanas!)

Gracias !

p.d: pueden ver todas las fotos del viaje y de la carrera a la derecha de la página, en "pasen y vean" (picando encima dos veces las podrán ver en grande).